No es fácil convencer a las personas que ya tienen una idea firmemente arraigada. En el caso de las lluvias o nubes de sapos se trata de creencias muy extendidas y que proceden desde, al menos, la época de los romanos. Sigue siendo un motivo de admiración, extrañeza, conjeturas y explicaciones de todo tipo. Se puede leer esta entrada de la Wikipedia, lluvia de animales.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que no se han visto y, sobre todo, no se han grabado esas lluvias de sapos, hecho que debería hacernos reflexionar.
En segundo lugar es muy importante pensar que se trata de animales que suelen dar asco o miedo de los que se dice que escupen, pican, y cosas por el estilo. De esta manera la inmensa mayoría de la gente no tiene el más mínimo interés en verlos, observarlos, buscarlos, aprender sobre ellos...
Además, no se suele pensar en el detalle de que cuando llueve o hay tormenta lo que hacemos es guarecernos o resguardarnos y no salir a buscar anfibios. Y en la misma medida es posible que no hayamos pensado en que muchos sapos suelen tener su máxima actividad precisamente de noche y con lluvia, momento en el que los humanos solemos retirarnos a descansar.
Pero hay más ideas a considerar. Una hembra de sapo puede poner varios miles de huevos. Si no encuentra ningún depredador en esa charca, arroyo, fuente, alberca...en prácticamente unos días esos renacuajos buscarán otros lugares dónde esconderse. Precisamente se pueden decidir a abandonar su lugar de nacimiento cuando el ambiente es el adecuado, es decir, hay suficiente humedad y una temperatura óptima. En ocasiones, llueve y cientos o miles de sapillos se empiezan a trasladar de sitio y, ante este curioso hecho muchas personas deducen que se trata de una nube de sapos.
Por ir terminando, sin que se sepa muy bien por qué, algunos anfibios aparecen a veces juntos en cantidades sorprendentes. Pueden verse las fotografías de Caracuel de Calatrava.
Por último, los sapos están en casi todas partes, incluyendo terrenos muy alejados del agua, zonas cultivadas o incluso construidas. Algunas especies como el sapo corredor se esconden bajo tierra y pueden permanecer mucho tiempo. En el momento en que llueve, esos sapos salen a la superficie y se tiene esa sensación de que han caído del cielo, cuando en realidad estaban escondidos en la tierra.
En varias ocasiones he presenciado la aparición de miles de anfibios, generalmente sapos pero también gallipatos y estaban relacionadas con lluvias, casi siempre nocturnas. En el libro "Los anfibios de España" del herpetólogo Mario García París se habla del tema y se cuenta la anécdota de una persona que afirmaba que le había caído un sapo en el parabrisas del coche en las Lagunas de Ruidera. Sin poner en duda la palabra de nadie es fácil pensar que el viento puede transportar, en ocasiones, objetos de cierto peso. Por otra parte, algunos sapos pueden encontrarse a cierta altura en el momento de mayor fuerza del viento y eso podría explicar esos casos aislados.
También en más de una ocasión he hablado con personas que, reconociendo no haber visto nunca caer un sapo, afirman que estas lluvias existen. Creo que lo más apropiado es respetar la opinión de todo el mundo y, como decía un sabio que tuve la suerte de conocer -un hombre de campo y sin estudios- lo que yo diga que no valga. Por que, pensándolo bien, es muy hermoso creer lo que se quiere, estas historias y leyendas, relatos de hace siglos y albergar la ilusión o la esperanza de poderlos vivir algún día o quizás ser capaz de desentrañarlos.
En la primera fotografía, sapo de espuelas enterrado. En la segunda foto, sapo de espuelas recién salido de su agujero, de noche. Se puede observar la tierra en su piel.
En la primera fotografía, sapo de espuelas enterrado. En la segunda foto, sapo de espuelas recién salido de su agujero, de noche. Se puede observar la tierra en su piel.
esta muy increible esta pagina
ResponderEliminarYo creía que llovían sapitos. Recuerdo que hace más de 10 años, una vez que llovió en la provincia de Alicante, España, aparecieron millones de sapitos, 1 por cada 20 centímetros, no podías caminar sin pisarlos ¿cómo es posible que hayan tantos enterrados? y encima tan jóvenes y tan lejos de la zona de agua. Pensaba que los anfibios no se movían de la zona húmeda de donde nacieron y no se metían por los jardines y terrazas de las casas y menos tan pequeños. Aunque hay algo que he visto es que nunca ''llueven ranas'', siempre son sapitos que la gente confunde con ranitas, que son los sapos los que permanecen enterrados. Aparte he visto poblaciones de sapitos y no se mueven de su lugar de nacimiento y zona húmeda. ¿Por qué cada año no se produce el mismo fenómeno y solo son casos aislados?
ResponderEliminarHola. Siento la tardanza en contestar. Los sapos se mueven bastante y los hay en todas partes pero suelen tener actividad nocturna, con determinada humedad y temperatura de manera que nos pasan inadvertidos. Además, cuando alcanzan ya la capacidad de andar plena y coincide con lluvia se pueden ver desplazamientos de miles y miles a largas distancias de sus lugares de cría. Saludos y gracias por contarnos tu experiencia.
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