viernes, 10 de abril de 2015

Hablamos de la salamanquesa común y de la rana de San Antonio.

Ayer hablamos de la salamanquesa común (Tarentola mauritanica) y de la rana de San Antonio (Hyla arborea).
Desmitificamos un poco la imagen de este reptil que vive muy frecuentemente en nuestras casas y que no goza de buena fama, a pesar de ser inofensivo y muy beneficioso por sus hábitos insectívoros. Recordamos la clasificación de la fauna y aclaramos la confusión entre este reptil y el anfibio llamado salamandra, con el que muchas personas lo confunden.



Surgió el tema de la autotomía, esa capacidad para cortarse la cola cuando son perseguidos, como las lagartijas. Otra curiosidad de la salamanquesa es la de la capacidad de emitir sonidos bastante audibles para ser un reptil, de nombre procede el otro nombre de "geco".
Resulta sorprendente como las salamanquesas son capaces de andar por las paredes y sobre todo, por el techo de una habitación.
Miguel nos contó que enfocando con un rayo láser en una pared las salamanquesas acudían tras la luz y que existía la creencia de que al tocarlas salían manchas en la piel. También Juan dijo que se creía que se caía el pelo al mantener contacto con ellas.

Si la salamanquesa nos llamó la atención, la rana de San Antonio también nos sorprendió. Por su color, por sus hábitos nocturnos y más terrestres que acuáticos -excepto un mes aproximadamente al año cuando están en celo y reproduciéndose-y por su facilidad para trepar, gracias a sus adaptaciones, como la especie de ventosas de la punta de sus dedos. Comentamos que la vida media de una rana de San Antonio está entre cinco y diez años mientras que en cautividad han llegado a vivir nada menos que veintidós años. Hablamos también de las diferentes coloraciones que suelen tener, además del más frecuente color verde vivo, como el gris, el marrón o el negro, habiéndose visto en los últimos años ejemplares azules.
En esta fotografía -cedida por su autor, Endika Ussia, a quien agradecemos sinceramente su desinteresada colaboración-podemos ver un ejemplar azul aunque parece tratarse de la "Hyla meriodinalis".

En este enlace se encuentra la galería de Endika Ussia.





Como salieron dudas sobre las culebras que se pueden ver en España quedamos en hablar otro día y en dedicar una sesión a la víbora hocicuda (Vipera latastei). También surgieron algunas creencias como la atracción -¿real?- de los lagartos hacia las mujeres con la menstruación, o se habló de la costumbre de cazarlos para comerlos. Se dijo que en algunos pueblos tenían perros especialmente adiestrados para cazarlos.

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