miércoles, 17 de enero de 2024

Octavo taller, 15 enero de 2024, lunes. Cómo se lee una fotografía, II.

 El lunes, 15 de enero de 2024 seguimos "leyendo" fotografías. Vimos las fotos hechas por Julián Simón y por Carlos Casero Flores. Las analizamos y dimos nuestras opiniones. Están muy bien aunque en la pantalla no se apreciaban correctamente por el exceso de luz.






Repasamos algunos conceptos del día anterior -en realidad, del año pasado- como la ley de los tercios, o cómo solemos leer de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo las fotos y de la subjetividad a la hora de valorar una fotografía.

Miramos ligeramente el blog para que los nuevos compañeros lo conocieran y entramos en materia. Y la idea era hablar de la diferencia entre lo que muchos fotógrafos y aficionados llamamos "fotos bonitas"  frente a la idea de trabajo o proyecto. Es decir que lo interesante no es tanto conseguir "fotos bonitas" sino intentar hacer un proyecto, captar imágenes que tengan cohesión y que, de alguna manera, cuenten una historia.

Seguimos con otro concepto que es muy importante en Fotografía, como en el resto de manifestaciones artísticas, la de tener un estilo propio. Como ejemplo dijimos que en España hay miles de personas que cantan muy bien pero muy pocas llegan a conseguir reconocimiento y algo parecido ocurre con la Fotografía. Vimos algunas fotos de Cristina García Rodero y pusimos más ejemplos.

Surgió el tema de cómo una buena foto, que a veces denominamos "fotón" o "fotazo", puede tener mucho impacto social y convertirse en un verdadero icono. Y también comentasteis el caso de algunas falsificaciones o engaños en cuanto a fotos muy famosas que en realidad estaban preparadas incluso con modelos o actores profesionales. Buscamos la foto de Kevin Carter, a propósito de este tema, para ver cómo una foto puede incluso destruir al fotógrafo. La historia real es más compleja y daría para mucho más pero surgió a propósito del poder de las fotografías. 

Hablamos también de la importancia de la "autenticidad", del "frescor" que trasmiten algunas personas con sus cámaras frente a otros tipos de imágenes que nos pueden generar una sensación de demasiada preparación. Y salió la cuestión del número de fotos que parece recomendable para una exposición, por ejemplo, o para ver de un tirón, sin cansarnos. Hoy, lo que ocurre es que estamos verdaderamente saturados con tanta imagen y hacemos demasiadas, tantas como para no poderlas ni disfrutar ni valorar. Antes se salía con un carrete de 12, 24 o, como mucho, de 36 fotografías. Hoy se pueden hacer miles con cualquier cámara o teléfono móvil en un solo día.

Vimos una tarjeta postal con nueve fotografías sobre aves y las fuimos "leyendo" y contando las historias que hay detrás para hacerlas.


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